EU y China se resisten a un acuerdo vinculante sobre el cambio climático

Por La Crónica de Hoy | Martes, Diciembre 1, 2015

La cumbre del clima de París se abrió ayer entre grandilocuentes discursos y épicos llamados a la acción de más de 150 líderes mundiales, que deberán traducirse, al cabo de dos semanas de negociación, en un acuerdo universal para frenar el cambio climático.

Se trata, según la organización francesa, de la mayor concentración de jefes de Estado y de Gobierno “en un mismo lugar en el mismo momento”.

“Nunca antes el mundo había afrontado un desafío tan grande” proclamó el presidente francés y anfitrión de la cumbre, François Hollande.

Expiación de Obama.

Conscientes de que el mundo tiene sus ojos puestos en ellos, los mandatarios de las mayores y más contaminantes potencias económicas, el estadunidense Barack Obama y el chino Xi Jinping, urgieron a todos los países a sumarse a las medidas destinadas a limitar el calentamiento global a dos grados centígrados en 2100.

“He venido aquí personalmente para decir que Estados Unidos no solo reconoce su papel en la creación de este problema, sino que también asume su responsabilidad de hacer algo”, sentenció Obama.

Antes de intervenir en el plenario, Obama se reunió a puerta cerrada con Xi. Existen pocas dudas de que el éxito o fracaso de la conferencia dependerá en buena parte de la sintonía que logren los dos gigantes.

“Hemos determinado que es nuestra responsabilidad tomar medidas” y declaró que “nuestro liderazgo en este tema ha sido vital”, declaró Obama.

Sin embargo, el presidente estadunidense eludió entrar en la cuestión de si este pacto debe o no ser vinculante —algo que pidió el anfitrión de la cumbre y que demanda buena parte de la comunidad internacional— y aconsejó que se tengan en cuenta las diferencias que separan a cada Estado.

Por su parte, China, el mayor emisor mundial de dióxido de carbono (CO2), también quiere asegurarse de que se le concede el margen suficiente para aplicar las soluciones que considere más apropiadas a su situación. 

“Hace falta que en París rechacemos las visiones estrechas y llamemos a todos los países, en particular a los que están en desarrollo, a asumir su responsabilidad para lograr una solución que nos beneficie a todos”, dijo Xi.

“Justicia climática”. Ya desde las primeras intervenciones se apreciaron las primeras grietas, que subrayaron una obviedad: se barruntan unas negociaciones a brazo partido, con países en desarrollo poco dispuestos a renunciar al crecimiento y con otros, productores de energías fósiles, que no quieren perder su fuente de ingresos.

Las advertencias llegaron de Estados como India, cuarto país más contaminante (detrás de China, EU y Rusia) cuyo primer ministro, Narendra Modi, insistió en que las naciones desarrolladas tienen que “afrontar una responsabilidad histórica” porque “disponen de los mejores medios para proceder a las reducciones” de emisiones.


“Es justicia climática. Los países en vías de desarrollo deben mantener el espacio suficiente que permita el desarrollo”, indicó Modi, que tiene el objetivo de que 300 millones de indios accedan a la energía, algo que hoy por hoy no pueden hacer.

Ese concepto de “justicia climática” fue invocado por Hollande, antes de sentar las bases para la negociación: “El acuerdo que reemplazará al Protocolo de Kioto deberá ser universal, diferenciado y vinculante, incluir mecanismos de revisión al alza de los compromisos nacionales cada cinco años y contar con la solidaridad de todos los Estados que lo rubriquen”.

Nadie en París quiere pensar en la palabra fracaso, pero prácticamente nadie se atreve tampoco a pronosticar que la COP21 alumbrará un pacto que evite al planeta un calentamiento de efectos impredecibles.

 

Cuarenta países piden reducir los subsidios a los combustibles fósiles

Un grupo de 40 países –entre ellos Alemania, Chile, Estados Unidos, Francia, México, Perú, Estados Unidos o Uruguay— reclamaron ayer que se reduzcan los 500 mil millones de dólares que los gobiernos destinan anualmente como subsidios a los combustibles fósiles.

Retirar esos apoyos “reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero en un 10 % para 2050” y “liberaría recursos para invertir en capitales como la educación, la sanidad o las infraestructuras”, según la declaración de esta alianza, que también suscribieron Canadá, Italia, Malasia, Marruecos, Holanda, Filipinas, el Reino Unido o Samoa.

El texto, presentado en el marco de la cumbre del clima de París (COP21), agrupa también a “cientos de organizaciones empresariales de influencia internacional” y a corporaciones que emplean a “dos millones de personas en todo el mundo” e instituciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) o el Banco Mundial.

“Los países tienen que demostrar, con acciones y políticas concretas, que van en serio en la lucha contra el cambio climático. Reformar el dañino apoyo a los combustibles fósiles es un buen punto de partida”, indicó la Secretaría General de la OCDE en un comunicado.